El graffiti es simple
vandalismo disfrazado de un falso anarquismo. Sin embargo, no deja de ser una
forma de expresión de un sector muy característico de varios países. Al menos
aquí en México, los “artistas urbanos” están en constante proceso creativo.
Escogen muros como lienzos, usan colores vibrantes y siempre existe un mensaje
antisistema.
El objetivo escondido de
este vandalismo en simple; deteriorar la imagen de una ciudad. Los más
obstinados incluso “rayan” paredes ajenas sin el permiso de sus dueños. Otros
aprovechan construcciones abandonadas y decoran las ruinas con letras gigantes
que por lo general son palabras y frases que nadie entiende.
Algunos, entre ellos muchos grafiteros, dicen que el graffiti es arte. Es claro que en un museo nunca se
exhibirán muros con líneas y formas pintadas por “cholas” de cualquier barrio.
Y si es así, el problema será del museo el cual estará de acuerdo con este
falso arte.
Es natural que el graffiti
se confunda con el Street Art. Basta
comparar ambos estilos para darse cuenta de quiénes son los que en verdad
utilizan una técnica, composición, dibujo entre otras cosas.
La imaginación y el
talento no son suficientes para considerar al grafiti como algo más que lo que
son: dibujos bonitos. Un sector de grafiteros podría decir que hacen lo que
hacen ya que es así como expresan su anarquismo. El otro sector se comportará
más solidario y dirá que hacen graffitis por el simple hecho de hacerlos. Incluso
se toman el tiempo de hablar con los propietarios de las paredes en blanco para hacer su "arte".
Los gobiernos incluso apoyan estos movimientos. De hecho, se ha visto a algunos políticos trabajar en conjunto creando graffitis en las calles con jóvenes talentosos. ¿Es ese el apoyo que se les da hoy día a la juventud? Claro, es más barato regalarles latas de pintura que construir una escuela de arte.
Los gobiernos incluso apoyan estos movimientos. De hecho, se ha visto a algunos políticos trabajar en conjunto creando graffitis en las calles con jóvenes talentosos. ¿Es ese el apoyo que se les da hoy día a la juventud? Claro, es más barato regalarles latas de pintura que construir una escuela de arte.
Existe detrás de todo
esto la urgencia de expresarse en contra de muchas cosas. Los más destacados grupos
que se atacan son los problemas específicos de una sociedad y la muy odiada
política (vaya la ironía). Las problemáticas que estos dos grupos pretenden ser resueltos con un
simple dibujo. Quieren que la mentalidad de los machistas cambie al mirar la
representación gráfica de la violencia en un muro a lado de una lavandería. El
presidente seguramente cambiará su paupérrima forma de gobernar al ver unos
simples garabatos mientras pasa por ahí.
Quizá sea una forma
pacífica de resolver problemas. La triste cuestión es que es muy difícil crear
conciencia por medio de un graffiti o incluso de un Street Art. De hecho, el arte con buenas intenciones tampoco puede ser un buen agente de cambio social. Tal vez sería más conveniente comenzar a tomar mejores
medidas que promuevan el pensamiento crítico y hagan de la gente personas
rebeldes, o sea, que sepan exigir lo que se necesita y eventualmente tomar el
control de las respuestas a las incógnitas que afectan a la sociedad.
Por culpa de pendejos esnobs como estos que meten el street art donde el graffiti, se deteriora la imagen del graffiti
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