Los registros
históricos indican que el movimiento Drag
Queen surgió a mediados del siglo XIX como una parodia a la sociedad
aristocrática, a las opiniones del comportamiento y etiquetas sociales, a la
política y a los roles de género. Poco a poco se convirtió en lo que se conoce
ahora. En una comunidad tan diversa como los vinos y licores. Los Drag Queens
(en este caso hombres) representan a la figura femenina en todo su esplendor.
Se burlan de las manías de la mujer siempre exagerándolas. Su poder sobre este
mundo es grande. Incluso el legendario RuPaul desarrolló el primer show de Drag
Queens llamado RuPaul’s Drag Race ideando para la comunidad nuevas frases y
palabras como Sashay Away. además de haber llevado el mundo drag a varios rincones del mundo.
Es tal la
influencia de los Drag Queens que ha abierto cientos de puertas de closet. Muchas
personas, en su mayoría hombres, han descubierto que ponerse tacones y peluca
es lo que los ha liberado de las opresiones que sus inseguridades han impuesto
sobre ellos. Un dato que no muchos saben es que los Drag pueden ser heterosexuales;
pueden incluso tener hijos producto de su relación hétero. Es cierto que la
mayoría pertenece a la famosa comunidad LGBT, pero también debemos recordar la
palabra diversidad.
El tener un
gran poder conlleva una gran responsabilidad, ¿no? Eso dijo el tío Ben en la
primerísima adaptación de Spiderman al cine. Quizá pueda aplicar en esta
ocasión. He notado que con el pasar de los años, la gente es más tolerable ante
las “nuevas generaciones.” He escrito la anterior frase entre comillas ya que,
los gays por ejemplo, están en esta tierra desde hace siglos. Lo nuevo aquí es
la aceptación. Uno podría darse cuenta de que tenemos una responsabilidad muy
grande ante lo nuevo.
Los Drags
tienen poder, por supuesto. Un ejemplo de esto, y es quizá el motivo de esta
entrada, es que hace unas semanas un nuevo Drag Queen se hizo popular. ¿Se
trata de un sacerdote con maquillaje? ¿Acaso es un nuevo concepto de Drag en
donde él o ella ha roto cualquier estereotipo posible?
No. Es
simple; se trata de un niño de ocho años que ha decidido adentrarse en el mundo Drag Queen.
Su nombre es Nemis
Mélançon-Golden. Un joven canadiense que ha roto el cordón umbilical entre lo “políticamente
correcto” y lo “esto quiero ser”. Nemis adoptó el seudónimo de Lactatia para
cuando se ajusta el vestido y se aplica las pestañas postizas. Tal vez no sea
el primer niño Drag del mundo, pero sí es el primero en abrirse al mundo
y anunciarse como lo que es con total normalidad.
“Pienso
que cualquiera puede hacer lo que quiera en la vida, no importa lo que otros
piensen. Si quieres ser una drag queen y tus padres no te dejan,
necesitas nuevos padres. Si quieres ser drag queen y a tus amigos no les
agrada, necesitas nuevos amigos” Aseguró Nemis para una entrevista.
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Lactatia con Sasha Velour |
Sin embargo,
el caso de Lactatia parece pasar desapercibido. La mayoría de la gente, como ya
es costumbre, se ha dado la vuelta y ha ignorado. No quieren ser parte de esto,
pero no hay que culpar a nadie.
Pocos han hablado de Lactatia. En Youtube existen escasos videos de ella
y las cuentas de Instagram han subido muy pocas imágenes con el hashtag
#lactatia. Tal vez en futuros días más jóvenes salgan al mundo para imponer la
moda Drag en ellos. Sin embargo, Lactatia está haciendo lo suyo.
La mayor
responsabilidad que ahora tiene Lactatia es la de demostrar que somos
diferentes. Tal vez suene repetitivo, pero no dejará de ser verdad. Podemos
ahora recostarnos y relajarnos ya que Lactatia está viviendo en su mundo de
glitter y abanicos. No sabemos qué pasará, es seguro, pero existe la esperanza
de un mundo más tolerante.
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